Se obtienen los primeros resultados de un año de medidas de gases de efecto invernadero en toda la Península Ibérica registrados desde una torre de 100 metros.
En la Estación de Sondeos Atmosféricos (ESAt) del Centro de Experimentación de El Arenosillo (CEDEA) del INTA, en Huelva, se encuentra una de las dos torres de 100 m de la Península Ibérica, utilizada con fines de investigación. En esta torre que dispone de sensores y tomas de muestras a varias alturas: 10, 50 y 100 m, se han obtenido las primeras medidas de dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y monóxido de carbono (CO), gases de efecto invernadero, durante el periodo de un año, de diciembre de 2021 a diciembre de 2022.
Gracias a la torre, sus líneas de muestreo en niveles elevados y a la instrumentación de la que dispone, un analizador con tres láseres, es posible medir la concentración en altura de estos gases de efecto invernadero. Estas observaciones son cruciales para conocer la dinámica que presentan, sus implicaciones en la calidad del aire, y comprender los cambios de la tendencia creciente actual en el planeta.
Se trata de un estudio pionero que ha sido publicado por la prestigiosa revista científica Atmospheric Research, y su autor es el investigador José Antonio Adame. Perteneciente al Departamento de Observación de la Tierra y Ciencias del Espacio del INTA, lleva años investigando y analizando los gases traza troposféricos, región más baja de la atmósfera, afectada tanto por el cambio climático como por la contaminación atmosférica de fondo, entre otros procesos.
El Arenosillo, como observatorio atmosférico, entró a formar parte en 2021 de una red europea de monitorización e investigación de gases de efecto invernadero conocida como ICOS (en inglés, Integrated Carbon Observation System). ICOS es una infraestructura europea que investiga y produce datos estandarizados sobre las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, así como sobre los flujos de carbono entre la atmósfera, la tierra y los océanos. Su entrada oficial en la red europea se produjo el 1 de enero de 2022.
En el futuro, los datos aportados por El Arenosillo ayudarán a los investigadores a caracterizar mejor el transporte de estos gases por masas de aire con origen en el océano Atlántico y el mar Mediterráneo hasta el interior de la península y viceversa. Su ubicación junto al Parque Nacional de Doñana, considerado un importante punto de biodiversidad y uno de los grandes humedales de Europa, ayudará a monitorizar los efectos que el cambio climático pueda tener en este ecosistema. Se espera que con esta información se pueda ayudar a predecir, mitigar y adaptarnos a los efectos del cambio climático.