El catalizador, junto a la gasolina sin plomo, es una de las principales modificaciones introducidas en el funcionamiento de los nuevos automóviles, destinadas a reducir el impacto ambiental de las emisiones contaminantes nocivas de los vehículos.
El catalizador produce modificaciones químicas en los gases de escape de los automóviles antes de liberarlos a la atmósfera. Estas modificaciones tienen como fin reducir la proporción de algunos gases nocivos que se forman en el proceso de combustión.
Con el fin de optimizar el redimiendo del motor y reducir las emisiones contaminantes, los motores modernos controlan con gran precisión la proporción de combustible y aire empleados en cada instante. En cada momento, los sistemas de inyección electrónica ajustan la proporción de combustible y aire, con el fin de que el combustible inyectado en el motor arda en su totalidad. Para la gasolina esta proporción es de 14,7:1, es decir, para garantizar la perfecta combustión de un gramo de gasolina harían falta 14,7 g de aire.
En caso de que se produzca una combustión perfecta, las principales emisiones de un motor deberían ser:
Nitrógeno (N 2 ). Forma parte del aire y su emisión no supone riesgo alguno.
Dióxido de carbono (CO 2 ). Este gas no es tóxico, y su presencia no supone un riesgo directo. No obstante, el incremento de su concentración en la atmósfera es uno de los responsables del conocido "efecto invernadero".
Vapor de agua (H 2 O). Es inocuo y está presente de manera natural en la atmósfera.
Sin embargo, puesto que la combustión de la gasolina o el gasoil nunca es totalmente perfecta. Para conseguir una buena combustión no basta con introducir suficiente aire, sino que es necesario mezclar muy bien dicho aire con combustible pulverizado en gotas muy finas, cosa que no es siempre fácil de conseguir. Como resultado de una combustión imperfecta se producen pequeñas cantidades de gases peligrosos entre los cuales están:
Monóxido de carbono (CO). Es un gas venenoso resultante de una combustión en una atmósfera pobre en oxígeno.
Hidrocarburos. Procedentes de fracciones del combustible que no han ardido. Son peligrosos porque, bajo la acción de los rayos solares y la presencia de óxidos de nitrógeno, reaccionan para producir ozono. Dicho gas es fuertemente oxidante y es responsable de procesos de irritación, principalmente en ojos y mucosas.
Óxidos de nitrógeno (NO y NO 2 ). Estos compuestos contribuyen a formar la conocida "lluvia ácida". Además, provocan irritación en los ojos y en las fosas nasales.
El objetivo del catalizador es, precisamente, actuar contra estos tres tipos de emisión (monóxido de carbono, hidrocarburos y óxidos de nitrógeno), con el fin de reducir su nivel en los gases de escape. Los catalizadores modernos consisten en una estructura de material cerámico, cubierta de una fina capa de platino y rodio. Dicha estructura adopta la forma de panal de abeja (tubos hexagonales), ya que de este modo se consigue que los gases de escape encuentren una superficie lo más grande posible de material catalizador.
En un catalizador se producen dos procesos o transformaciones fundamentales:
Reducción catalítica. En él la superficie catalítica rompe las moléculas de óxidos de nitrógeno, dando lugar a moléculas de nitrógeno y moléculas de oxígeno. 2 N0 = > N 2 + O 2
Oxidación catalítica. En este caso, el catalizador sirve de soporte para completar la combustión del CO y de los hidrocarburos residuales. No obstante, este proceso requiere de oxígeno. Para conseguir que los gases de escape dispongan de suficiente oxígeno como para realizar la oxidación catalítica es necesario un sensor, denominado "sonda lambda". Esta sonda se encuentra a la entrada del catalizador. Su función es medir el nivel de oxígeno en los gases de escape. Gracias a este sensor, el sistema electrónico de inyección calcula la proporción necesaria entre combustible y aire para permitir que en los gases de escape exista suficiente oxígeno para permitir al catalizador la combustión de los hidrocarburos residuales.
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Control de emisiones de escape en un coche, realizado en los laboratorios del Inta. |
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Un catalizador permite reducir la emisión de gases contaminantes a la atmósfera, como son los óxidos de nitrógeno y el monóxido de carbono. Los catalizadores, por tanto, son una medida eficaz para luchar contra los efectos de la lluvia ácida provocados por una combustión insuficiente o mala combustión de la gasolina o gasoil.
El efecto invernadero o cambio climático
El efecto invernadero es un fenómeno natural que tiene lugar en nuestro planeta y que permite la existencia de la vida. Consiste en la absorción y retención en la baja atmósfera, en forma de calor, de parte de la energía solar reflejada por la Tierra, evitando que dicho calor se escape e impidiendo, así, que la temperatura de la Tierra sea demasiado baja. Los responsables de esta absorción y retención son las nubes y los gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano, óxidos de nitrógeno, ozono y los "clorofluorcarbonos").
El aumento de estos gases en la atmósfera, debido a la actividad humana, puede provocar la elevación de la temperatura del planeta, es decir, el cambio del clima a nivel mundial. Pero, ¿cuáles pueden ser las consecuencias de este cambio?
. Los reservorios de agua dulce en estado sólido, polos y nieves permanentes, se derretirán.
. En determinados lugares aumentarán las precipitaciones, y en otros disminuirán.
Todo esto tendrá efectos sobre los ecosistemas, pudiendo provocar la desaparición de animales, plantas, zonas de cultivo, ciudades...
La lluvia ácida se produce cuando las gotas de agua que forman las nubes contienen óxidos de azufre y nitrógeno, procedentes de la combustión del carbón y el petróleo en centrales eléctricas, en pequeñas y grandes industrias, en viviendas y en vehículos, principalmente.
Estos óxidos se convierten en ácidos, que se precipitan a la Tierra, produciendo daños en el agua (muerte de crustáceos y moluscos, desaparición del fitoplancton), en el suelo (es absorbida por las raíces de las plantas provocando su envenenamiento y, por tanto, su muerte), en las construcciones (las de hormigón han de ser constantemente restauradas), y en la salud de los animales y del ser humano (incremento de enfermedades respiratorias, aumento de casos de cáncer, debilitación en general del organismo...).