Utilizamos cookies

Este sitio web utiliza cookies propias y de terceros para mantener la sesión y obtener datos estadísticos de navegación de los usuarios. Para más información vea la Política de cookies.

  • imagenSliderINTA
  • imagenSliderINTA
  • imagenSliderINTA
  • imagenSliderINTA
  • imagenSliderINTA
  • imagenSliderINTA
  • imagenSliderINTA
  • imagenSliderINTA
  • imagenSliderINTA
arrow_upward
Puesta en órbita de ANSER

La misión ANSER del INTA, lanzada el pasado 9 de octubre a bordo del vuelo VV-23 de VEGA, se encuentra ahora en funcionamiento y lista para entrar en su fase de puesta en servicio. Este proyecto ha destacado la impresionante resiliencia y solidez del innovador concepto de "clúster" de satélites desarrollado por los ingenieros del INTA.

Poco después del lanzamiento, el INTA logró establecer comunicación con ANSER, aunque durante el primer pase sobre Torrejón no se recibió una señal válida de ANSER-LEADER. Se sospechó inicialmente que esto podría deberse a imprecisiones en el vector de estado, lo que llevó a centrar las operaciones en el ANSER-FOLLOWER1 y el ANSER-FOLLOWER2 (que sí habían sido correctamente desplegados y de los que se recibía toda la telemetría nominal), esperando un mejor posicionamiento del ANSER-LIDER. Con el paso de los días, se empezaron a barajar otras posibilidades.

Finalmente, a pesar de la errónea confirmación inicial, el jueves 12 de octubre, Arianespace comunicó al INTA, CE y ESA, que se había producido un fallo en la suelta de dos de los Cubesats que formaban parte de carga de pago auxiliar, tanto ANSER-LEADER como el satélite estonio ESTCube-2 (que debían ser ejectados a la vez, aunque desde dos “deployers” distintos emplazados en oposición en el lanzador), no habiendo sido puestos en órbita. Arianespace ha abierto una investigación para determinar las causas y las medidas correctoras a adoptar, estando el panel de investigación formado por personal de Arianespace y la ESA, así como de SAB-LS y AVIO, responsables de los “deployers”.

El lanzamiento y puesta en órbita es siempre un momento crítico en un programa espacial. El riesgo asociado al lanzamiento nunca es nulo, por lo que el INTA está volcado en reducir las consecuencias de la ocurrencia de dicho riesgo sin vulnerar la moderación de costes asociada al concepto “New Space”.

En esa línea de búsqueda de reducción de riesgo en el lanzamiento y de resistencia al fallo en la fase operativa de la misión, ANSER representa un concepto con triple redundancia y su fiabilidad y resiliencia están asociadas al hecho de ser un clúster en lugar de una plataforma monolítica. Existen dos roles en ANSER, el de Líder del clúster que lo comanda, y el de Seguidor, el que adquiere, mediante el espectrómetro “CINCLUS” las imágenes que han de permitir, en este caso, determinar la calidad de las reservas de agua en la Península Ibérica. Ambos son distintos a nivel de la carga útil y operación en órbita, pero ambos disponen de plataformas idénticas, capacitadas para dar servicio a ambos roles según sea comandadas.

Este concepto de diseño hace que un Seguidor (Follower), pueda ser reconfigurado en vuelo para actuar como Líder, en cierto modo, el clúster está sobredimensionado, de forma que la pérdida de uno de sus elementos no afecta a la consecución de las finalidades de la misión: por un lado, los objetivos tecnológicos (control aerodinámico de vuelo en formacion, comunicación inter-satelital, control de actitud coordinado) y por otro los objetivos científicos, siendo todos ellos 100 % alcanzables en ANSER con únicamente los dos satélites Seguidores. Tan solo hay una funcionalidad de ANSER que se pierde con el Líder: la detección de nubes en tiempo real para validar las imágenes adquiridas por los Seguidores. Esta funcionalidad será cubierta con imágenes de las zonas de observación obtenidas a través de Copernicus que, aunque ya no en tiempo real, permitirán validar las adquisiciones del instrumento CINCLUS.

ANSER_Deployer

Figura 2 Introducción de uno de los satélites ANSER en su deployer en las instalaciones de SAB-LS (Brno, julio de 2023)

El “sacrificio” del satélite líder no resulta baldío. Por ser el más sencillo de los tres, pues su carga útil, “APIS”, lo es, fue el primer satélite en ser integrado en la sala limpia del INTA, invirtiéndose tres meses hasta su validación. Gracias a la experiencia obtenida, el Follower1 se integró y validó en un mes y el Follower2 en solo 15 días. El proceso de desarrollo, integración y validación es el que determina de forma principal el coste de un satélite, más que su masa o elementos y subsistemas recurrentes, razón por la que la solución basada en clústeres de satélites “casi” idénticos representa una respuesta de bajo coste al riesgo que representa un lanzamiento y las condiciones ambientales espaciales.

Una vez en órbita, ANSER va a ser objeto de una acción altamente disruptiva e innovadora. Gracias al muy bajo coste recurrente de sus satélites y a la disposición de unidades de repuesto en tierra, el INTA se dispone a integrar un nuevo ANSER-LEADER con el fin llevar a cabo una reposición en órbita del satélite no desplegado lo antes posible. Se trata de todo un nuevo experimento que demostraría la efectividad de la solución por la que ha apostado el INTA y su Programa de Constelaciones de Pequeños Satélites. Ya se han iniciado los contactos con la Comisión Europea y Arianespace para disponer de “ticket” en el próximo lanzamiento del programa de IOD/IOV de la CE.

Este revés inicial no detendrá el progreso de ANSER y su valiosa contribución a la investigación científica y tecnológica.